Recién recogido el stand y transportando los bártulos en nuestras cargo bikes, dejamos atrás UNIBIKE2016. Una experiencia que hace unos días nos provocaba cierto vértigo. Siendo la presentación en sociedad de nuestra marca y de nuestras “criaturas”, pensamos que los profesionales podrían ver en nosotros sólo un mosquito entre leones. Pero no fue así en ningún momento. Pasada la feria y repasando las fotos sentimos cierta nostalgia de esa ciudad efímera en la que todos hablábamos con todos, compartíamos información y experiencias y nadie sobraba, no había mosquitos ni leones, sólo ilusionados amantes de las bicis con ganas de transmitir su pasión a los visitantes.
Participamos junto a Cinzia y sus bicicletas vintage; Frog y sus chulas bicis infantiles; Lenubu y sus bicis urbanas Reid traídas de Australia, que nos encantaron; “Qué grande ser ciclista” y sus divertidas camisetas; Tabor, cuyos sillines artesanos nos enamoraron y tantas otras pequeñas-grandes apuestas.
La mejor sensación que nos llevamos es la de miles de personas que, como nosotros, quieren aportar su granito de arena para hacer nuestras ciudades más habitables. Nos queda mucho para igualar a otros países en esto pero el uso de la bici en la ciudad como medio de transporte (y no sólo deporte) está ganando terreno en España, poco a poco y con la ayuda de todos. Nuestra propuesta de transporte despertó en muchos visitantes la grata sorpresa de encontrar a alguien que osa enfrentarse, desde éste rinconcito del mundo, a la gigantesca industria de allende los mares, desiertos y picos nevados: “¿cómo?, ¿las fabricáis aquí?, ¿en Madrid?, ¡qué interesante!” decían encantados.
Como a cualquier padre, nos llena de orgullo (y satisfacción J) que haya gustado tanto que nuestras cargo bikes sean “made in Spain” y escuchar que son “estilosas” y “elegantes” o que su línea es “ligera”, “alegre” y “diferente” a la de otras bicis de carga porque esos son algunos de los puntos que tuvimos en cuenta al diseñarlas y que encajan con nuestro propósito de reflejar el estilo de vida mediterráneo, abierto, divertido, deseoso de disfrutar de la energía de nuestro sol, de nuestra comida, de nuestros paisajes (urbanos o no) y del contacto directo con nuestros semejantes mientras vamos en bici, lo que además nos permite ser más respetuosos con el medio ambiente. “¡Te pega muchísimo!”, decía una madre a su hija veinteañera mientras ésta miraba nuestra cargo bike clásica, cesto de carga de mimbre incluido. “Me encanta el nombre de la marca, ¿y por qué Alegría?”, nos preguntaban dos madres con sus retoños a cuestas queriendo más información.
Como único stand de bicis de carga de la feria recibimos la visita de amigos, fans que sólo nos conocían a través de las redes sociales y amantes, freaks y usuarios de las cargo. Y atrajimos las miradas de muchos visitantes cuya curiosidad por momentos nos desbordó. Nuestras AlegríaBikes fueron, o eso nos pareció, de las bicis más fotografiadas del evento. Y nosotros sacando pecho.
Conocer a gente que también se presentaba por primera vez, aunque sus empresas llevaran años en el mercado, poner cara a proveedores y clientes tras meses de relación telefónica o por e-mail, abrir cada mañana el stand con tanta ilusión y llegar cada noche a casa, agotados pero cargados de buenas vibraciones, han sido cosas que han hecho que mereciera la pena estar allí. ¡Gracias a todos!